lunes, 15 de noviembre de 2010

Cuando buenos descubrimientos no sirven hasta 1700 años después

Hace ya mucho que se sabe que la Tierra es redonda. Y también, cuál es su tamaño. No solo eso, también hace mucho que se sabe a qué distancia está la Luna y cual es su tamaño, también. E incluso, hubo una propuesta de tamaño para el Sol que se quedó corta, bastante corta. Pero que dejaba bien claro que el astro era mucho más grande que la Tierra. Los protagonistas fueron Eratóstenes, Hiparco y Aristarco.



Ya es famosa la historia de Eratóstenes, y ha sido muy contada. Hacia el 240 a.C. (¡hace 2.250 años!), comprobó que en la fecha equivalente a nuestro 21 de junio, al mediodía, el Sol estaba exactamente vertical (cénit se llama eso) sobre la ciudad egipcia de Siena. Y eso hacía que sus rayos iluminaran pozos hasta el fondo. Pero en Alejandría, 750 Km al norte, no pasaba lo mismo. Basándose en este dato Eratóstenes llegó a la conclusión de que la superficie de la Tierra tenía que ser curva. Y calculó que el planeta era una esfera de 6.000 Km de radio. La cifra real es 6.370, luego erró en un 6%… ¡hace 2.250 años!

Aristarco, algo después que Eratóstenes, calculó un posible tamaño para la Luna y para el Sol. Equivocó ambos, pero lo valioso de su trabajo es que dejaba bien claro que el Sol era un objeto enorme. Mucho más grande que la Tierra. Y eso que el creía que su tamaño era 20 veces más pequeño que el real…

Hiparco, después, de ellos, basándose en la sombra de la Tierra proyectada sobre la Luna, calculó que la distancia entre Luna y Tierra era 60 veces el radio terrestre, cifra que se aproxima muchísimo a la realidad. Y, a continuación, calculó, también con mucha exactitud, el tamaño de la Luna.

O sea… ¿Que hace 2.250 años ya sabíamos cómo era el sistema solar? Pues básicamente sí. ¿Y qué pasó para se tardara 1.700 años, que se tuviera que esperar a la época de las ideas de Copérnico, apoyadas por el telescopio de Galileo, para que apareciera la teoría heliocéntrica?

Pues que los conocimientos de estos científicos griegos contradecían gravemente la lógica, el conocimiento, el saber el sentido común de entonces, de hace 22 siglos. Que era la teoría geocéntrica. La cual, por otro lado, es bastante lógica. A ver…, ¿tú cómo ves la Tierra, plana o esférica? ¿Y tú ves que la Luna sea más pequeña que el Sol? ¿Y no es el ser humano lo más importante de la creación bíblica, tan importante que tiene que vivir en el centro del Universo?

No, no… hubo que esperar a contar con mejores observaciones, 1.700 años después, para que las ideas lanzadas por Eratóstenes, Aristarco e Hiparco se tradujeran en una forma de pensar más avanzada. También hubo que esperar a que la ciencia sustituyera a la religión como la principal manera de explicar el mundo.

Y es que, en su época, hace 22 siglos, esas ideas creaban más problemas de los que resolvían. Porque no se sabía lo suficiente.

Original: El Blog de José Luis Castillo


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